En la charla que mantuvimos, con Carlos
Ciganda y Cía, éste había mencionado de pasada un nombre artístico que, en
principio, resultaba divertido: Los Bujaleros. Ese nombrecito que a
Eduardo, se le antojaba un tanto calorro,
terminó siendo el plural de Bujalis, adjetivo
árabe. Gracias a documentadas informaciones, los pasos nos llevaron a contactar
con uno de sus fundadores.
Figura en la partida de bautismo
con su nombre de pila, aunque en los ambientes musicales, se le conoce, por la
mitad de su primer apellido. Y allí estaba, el cabello rizado, simpática
sonrisa, voz y recuerdo de momentos compartidos por aquél mundo de las salas de
fiestas, que hicieron fácil romper el hielo en esta conversación.
Se trataba de Ricardo Larrasoaña. A todo el mundo le resulta
más práctico apodarle Larra. Sesenta
y dos años, natural de Marcilla. Tenía dieciséis, cuando formo parte de Los
Bujalis, justo en 1960. En esos años, estaba en la capital, estudiando en los Escolapios,
aparte de ayudar en el negocio familiar de carnicería. Conoció a los otros
componentes, durante un festival. Estos se interesaron por aquel chico que destacaba
por su voz. Pronto empezarían los ensayos.
- En Bujalis,
estábamos: Carlos Esparza, conocido
por (Boris); Juan Antonio Inza, cuyo
padre cantaba en la coral, por lo cual tenía una gran afición. Dos guitarras españolas o “de palo”,
armónica, maracas, el güiro, un ukelele y algún otro elemento de percusión. Estos eran los instrumentos que más
utilizábamos.
Boris fue quien ideó el nombre artístico de Bujalis. Este nombre tan atípico, en lugar de ser un palabro caló, como aventuramos
equivocadamente, parece proceder del árabe, teniendo bujali, por significado, loco. (Seguir Leyendo...)
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