Pasaban por aquí: The Beat-Less

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 Pasaban por aquí

 The Beat-Less

THE BEAT-LESS

¡EMPIEZAN A CANTAR Y...

TE ENCANDILAN!

De entrada diremos, que a esos ingleses no los conocemos, ni mucho menos a George Martin, en cambio, a Jokin Idoate lo hemos vivido -y sufrido- en pasado y en presente. Por delante y por detrás. Como amigo y enemigo. Cercano algunas veces, y muy lejano otras, pero siempre... ¡Ahí! Retrocediendo unos cuantos años, me veo una noche, tras salir de la emisora de radio, accediendo al Boulevard Jazz.

Cierro fuertemente los ojos, les estoy escuchando, pero, para ser sincero, debo decir que no me transmiten, no me dejo engañar, como esos universitarios de primero, que les aplauden como si fueran los Beatles. Yo en cambio, siento y veo a Beat-Less. Ya no me dan gato por liebre. Solamente exprimen el limón que les ha tocado en suerte y que, lo bordan, tanto con las voces, como con los instrumentos. De eso se trata, de dar el pego y ganar apego. En principio, cierras los ojos y parecen ellos mismos. Los abres y parecen los otros.

 Vienen a mi recuerdo ciertos tiempos, antes de nacer estos sus embriones beat. No, no fui yo, ni mucho menos, el que le inoculó a Jokin, su pasión por Beatles, ni siquiera nuestro común amigo William, a base de repetir en la programación de la radio: “Love me do”, “Girl”, “And I Love Her”, “Help”, “Eight days a week”, etcétera.

La génesis de este virus perenne, viene de antes. Pero a él, y a parte de nosotros, quien nos envenenó para amar a The Beatles, fue la radio. Radio Luxemburgo, (Londonderry one), Radio Requeté, E.A J-6, Luqui, o cualquier otro DJ de turno.

 Lo que te hacen sentir, las voces originales de Paul, George, John o Ringo, es algo imposible de clonar, lo digo como aquel tío, que tras darse una vuelta por el Boulevard Jazz, después de escuchar a Beat-Less empezar la tercera canción, se fue a beber el aire siempre fresco de la noche, porque cuando te tocan a los Beatles verdaderos, te tocan el corazón.

Sin embargo, mi amigo, volvió un rato después y, hasta se puso a mover el cuello, al golpeteo beat de estos ¿menos beats?, que técnicamente, lo hacen extraordinariamente bien. Yo, comentarista musical, durante muchos años de radio, un tipo se me acercó en cierta ocasión en la calle y...

 - ¿Tu has escuchado o leído la noticia de que, el otro día, le pegaran con un paraguas a Waldo de Los Rios en el Teatro Gayarre, cuando interpretaba con la orquesta, la sinfonía número 40 de Mozart?

Me quedé a la expectativa, tratando de adivinar por dónde venían los tiros. Ciertamente sabía de aquello, (el hecho se publicó, por todo el país). Noticia del asalto, al entonces director de la sinfónica nacional.

Debo decir que conocía al tipo que me abordaba, pues era un oyente asiduo de “Tiempo de concierto”, un especial de la FM que, alrededor de cinco años, me tocó realizar a la hora en que se encienden las farolas. Literalmente me abordó con esto...

- “Pues fui yo el que le arreó el paraguazo”.

En los sesenta me atrevo a decir que todos los que vivimos la década, o pasamos por ese paso de cebra, fuimos bitélmanos en algún grado. Tal vez con seguridad todos no, entre ellos mi compañero en esta empresa recopiladora y literaria, Txufi.

Nunca termina la guerra que se dio entonces. ¿Eres de… o eres de...? En su grupo Los Condes, (érase que se era) existían varios líderes. Uno se quedó en los huesos, otro se casó, el tercero quedó empantanado, el cuarto en su cuarto y, mi socio, en la nobleza.

Voy a hacer una rima vocal, británicamente pronunciada. ¡Jokin un Beatle, y Txufi, un Rolling Stone! (El incalificable de este último, afirmaría que él, ni aún eso) Luis Pardo, seguro que sí. En sus tiempos comunes de escenario (Condes al cuadrado) hubo muchos desencuentros. Muchas cosas que les pusieron en desacuerdo. 

Jokin Idoate, fue, por derecho propio, uno de los pioneros de la música popero-rockera, dentro de estas mugas. Fundador de Los Jóvenes, inmediatos precedentes de Condes,y cofundador de estos últimos. Entre otros. (Leer Más...)


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