VII
OUTSIDERS
ODISEA, MINORÍA AGRARIA
“Sabemos que, como Ulises, uno de estos tudelanos,
logró
llegar a su particular Íruña...”
Nombre sin duda unívoco, para embarcarse en cualquier viaje, por al proceloso mar del pentagrama europeo, en aquellos años 70, cuando ya, los primeros corsarios sesenteros, volvían, sin petate, sin pan, sin perro y con hambre. Los restantes habían naufragado, junto a sus precarios bateles. Después de tamaña travesía, los ODISEA, arribaron al puerto del Queiles, (hoy cubierto, aunque con cauce) y con los ¡holas! entusiastas de sus paisanos, comieron caliente. Estos fueron sus primeros marines. [Izda-dcha]
ÁNGEL - ILDE. (Arriba) ANTONIO. (Centro) PONCHO - JAVIER. (Abajo)
Nunca más viajaron por mar, estos
ribereños de aguas dulces, muy dulces, pero con mucha sal, en sus vidas, en sus
ocurrencias y, en sus conversaciones. Fue, una hermosa tarde de marzo del año
1970, cuando se produce el esperado debut en La Bolera Club tudelana,
de estos odiseos, regentada por
Donato, uno de los Hnos. Marín, conocida familia taurina de la zona.
El cantante de Los Stukas, que por entonces ya llevaban, más de dos años y medio
actuando, les comentó aquél día: “Es
increíble que en dos meses toquéis así”
En su época, actuarían por toda la comarca ribereña, además de la propia Tudela.
En esta perla publicitaria, podemos confirmar la importancia que tuvieron en Tudela, estos dos grupos: The Flyers y Odisea, que aquél, hoy lejano año de 1972, compartieron escenario, junto a lo más granado del Pop-Rock.
Siguiendo la estela de estos dos
carismáticos grupos, pronto se crearán varios conjuntos: Los Zanis, Weekend, y
otros. En el mes de marzo, de 1972, al finalizar una de sus actuaciones,
escribe lo siguiente...
“Había mucha gente (...). Tocamos bien, a pesar de que tenía la voz resentida del día anterior, pero creo que no apreciaron mucho nuestro estilo. No es que nos abuchearán, ni que nos tirasen tomates, ni que se fuese la gente, pero se ve que prefieren la música sin complicaciones, las canciones que oyen...
Y, nosotros creamos ritmo,
improvisamos música, arreglamos por y en cada actuación de modo diferente
nuestras canciones, dándoles un algo nuevo. Creo que no quedaríamos satisfechos
de no ser por eso, lo que falta es comunicación, porque ¿cómo vas a comunicarte
con unas gentes que piden El vals de las mariposas? O te prostituyes tú o se
prostituyen ellos (...), pero ninguno de los dos deja su puesto. Y es en esta
cuestión insalvable donde hay que juzgar la calidad y la respuesta a unas
inquietudes, y ambas cosas se dan para nosotros, Odisea, en nuestra música,
aunque pueda pensarse que la calidad no es de Odisea sino de sus canciones
(...). No toco por dinero, pero sí actúo en bailes por dinero... ¿Por qué otra
razón?”
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