V
MODERNOS
LOS HUESOS
¡CON HUESOS SANOS,
MUJERES FUERTES!
MODERNOS
Debió urdirse esta
conjura musical y el consiguiente contraespionaje amoroso, en aquellas
familiares Navidades de 1966, donde entre copas y turrón de almendras (1)
en fabricación casera -las madres las preparaban con suficiencia, junto al patxaran- y así, entre cantos, rezos, gritos, sonrisas sincopadas y
estentóreas risas, tratarían de adueñarse de nuestro chiringuito condal.
TURRÓN DE ALMENDRAS
“FELIZ NAVIDAD, FELIZ NAVIDAD
PROSPERO AÑO Y FELICIDAD”. (2)
Así de
bonito, afinado y resultón, cantarían en salva sea la casa, los cristianos
viejos y las jóvenes promesas, de futuros ateos sólo de cara a la galería,
mientras nos despellejaban a voz en cuello y en petit comité, a compañeros de vida y escenario, sin piedad. Lo de
próspero y feliz año, lo desearían sólo para ellos. ¡Pienso!
Ya por entonces, tenía la fea costumbre
de perfumarme, con Eau de Toilette
francesa; pasar bajo la ducha todos los días, algo que mi padre no veía con
buenos ojos; lavarme a fondo con Gel de
baño; antes y después de las comidas, limpiarme las manos con una pastilla Magno;
darme crema por cuerpo y alma; cambiarme día sí y otro también, de camisas e
interiores. Los demás ocupas lo
hacían solo con jabón Chimbo. (3)
Sin embargo, los sábados era
obligatoria la ducha y cambiarse de muda -nos referimos a mudarse de ropa, no
confundir con cambiar a la muda- y el
zafarrancho que se montaba era de ejército regular. El padre, sargento de
semana sin galones, ladraba: ¡Primero ellas, luego los hombres! Discriminación
positiva, lo llaman ahora a este machismo de libro. A mí no se refería. Ese día
estaba exento, al menos por la mañana, ya que me solía levantar allá por el
mediodía. Por la tarde, el baño era para el
pijo, que después de acicalarse, ¡el muy puta! quedaba con el Cicerone Pedri y, sin más preámbulos y con
las dos jóvenes de turno, nos íbamos a pasar unas divinas horas, a la oscura boite de la Cafetería Las Matas, allá en la Avda. de Zaragoza,19. (4)
Quizás en esto y en otras cosas
resultaba extemporáneo, pero no me importaba lo más mínimo. Recordad que
estamos en 1966, y sería por entonces, cuando empezaba a distinguir el tono
mayor del menor y ¿casualidad?, la hostil opa se hizo patente en tono mayor, que tiene más fuerza y vigor, en
cambio ahora, al intentar recordar todo aquello, lo percibo en tono menor y
casi como un susurro. ¿Habrán perdido oído las huestes enemigas, intentan tapar
algo, o tal vez quieran encubrir a alguien? ¡Chi
lo sá!
Todo iba sobre ruedas, hasta que
se rompieron los ejes, o eso al menos querían ellos, o quizá solamente él. A
ese goodman, genio, joven, conde emérito
hoy, su orgullo le con sus huesos varados
en un boulevard, del que ni los belicosos celtas
le pudieron rescatar, ni el canto de la bella cigarra María, salvar. Es posible, que hoy ejerza con las jaspeadas siglas
de JASP, (jokin-aunque-suficientemente-preparado)
empero, me da en la nariz, que él cree, que los demás sólo pasábamos por
allí... pero estuvimos, ¿no? (Leer más...)
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